Richard y Bev se quedaron solos. Los dos se gustaban, y estaban un poco nerviosos.
- Bueno - dijo Richard - cuando salgamos de aquí, ¿te espera alguien?
- No tengo novio, si es lo que quieres saber.
- Lo siento, no quería ser indiscreto.
- Y a ti, ¿te espera alguien?
- No, mi novia... bueno, mi exnovia, me dejó hace un par de meses.
- No te preocupes. No te conozco, pero pareces un buen tío. Seguro que encontrarás a alguien muy pronto.
Se miraron, y estaban a punto de besarse cuando escucharon un grito. Venía del piso de arriba. Subieron las escaleras corriendo y fueron registrando todas las habitaciones hasta que encontraron a Caroline muerta en la bañera. Alguien le había cortado el cuello. Bev se abrazó a Richard, que no podía ni moverse de la impresión. En ese momento apareció Stan, preguntando que había pasado.
- Es Caroline - dijo Richard - Ella... subió a darse un baño y...
- No me lo digas, desnuda está aún más buena.
- ¡No seas idiota y mira! - dijo Bev al borde de un ataque de nervios.
Stan se asomó entre risas, pero la alegría le duró poco.
- ¡Dios mío! ¿Quién ha hecho esto?
- No lo se - dijo Richard - pero yo voy a llamar a la policía.
Sacó su móvil y marcó el número de emergencias, pero no funcionaba.
- Mierda, algo le pasa a mi móvil, no funciona. Bev, intentalo tú.
- Tampoco funciona. ¿Stan?
- Nada. Sin señal.
- Ha sido Bill - dijo Bev - Pensadlo. Se fue. No hemos vuelto a saber nada de él. Stan fue a buscarle y no le ha encontrado. Y ahora Caroline aparece muerta. Quiero irme de aquí. ¡Quiero irme de aquí!
- Calmate. ¡Calmate! - intentó tranquilizarla Richard - Lo importante es que ahora no nos separemos. Si Bill o quien sea intenta atacarnos, no podrá con los tres, ¿de acuerdo?
- Sigo pensando que esto es muy raro - dijo Satn - Bill parecía un buen tipo. Además, es posible que no le encontremos porque a el tambien le ha pasado algo.
- ¿Estás diciendo que hay alguien más en la casa?
- Alguien tuvo que mandar las invitaciones.
- Esta bien - djo Richard - Registraremos la casa. Empezaremos por aquí e iremos bajando.
Registraron una a una las habitaciones, pero no encontraron nada salvo polvo y muebles viejos. Así que bajaron a la planta principal. Entraron en lo que parecía un despacho, y se aseguraron de que no hubiese nadie. Pero al abrir un armario a Bev se le cayó una caja llena de papeles encima. Una carpeta quedó abierta en el suelo, y cuando fueron a recogerla, Stan dio un grito de sorpresa.
- ¡Un momento! Este... este hombre es... mi abuelo. Philip Johnson. ¿Qué es esto?
Cogió la hoja de la carpeta, y entonces fue Bev la que dijo:
- ¡Este de aqui es Alan Bowers, mi abuelo!
Richard cogió la carpeta y empezó a ojearla.
- Tambien está mi abuelo, Anthony Black. Esto es muy raro.
- Apuesto a que tambien hay un Murray y un Demphsey.
- Si, Samantha Dempshey y Mathew Murray. Pero esto es... Son pacientes que estaba tratando el doctor Winchester cuando murió. ¿Alguno sabía que su abuelo había estado internado en un manicomio?
- Yo no, desde luego - dijo Bev.
- No - respondió Stan - Pero pensad un momento. No puede ser casualidad que a los cinco nos llegue una extraña invitación de alguien que no conocemos y que ni siquiera aparece y encima descubrimos que nuestros abuelos fueron pacientes del doctor Winchester. ¿Y si nuestros abuelos fueron los locos fugados que mataron al doctor?
- ¿Estás sugiriendo que el fantasma del doctor Winchester nos ha reunido aquí para vengarse?
- Pues yo empiezo a creerlo - dio Bev.
En ese momento se apagaron las luces. Bev y Richard se abrazaron. Oyeron un forcejeo, y richard preguntó:
- Stan, ¿estás bien?
De pronto volvió la luz, y Bev chilló. El cuerpo de Stan colgaba de la lampara. Lo habían ahorcado. Ya no tenían ninguna duda de que alguien o algo quería matarlos.
- Ya no aguanto más - dijo Richard.
Fue hacia el salón, cogió una silla y golpeó el cristal de una ventana con todas sus fuerzas. Pero no pasó nada, ni siquiera le hizo un arañazo.
- Cristales blindados - dijo Bev, a punto de desfallecer.
- Escuchame, Bev, Tiene que haber un sistema que desbloquee las puertas, y seguramente está en el sótano. Quédate aquí y cierra todas las puertas. Yo iré a buscarlo.
- Ni lo sueñes, yo voy contigo. No pienso dejarte solo. Estamos juntos en esto.
Entonces Richard cogió a Bev de la cintura y la besó apasionadamente.
Bajaron al sótano y fueron buscando algo parecido a un panel de control, pero al entrar en una de las habitaciones encontraron algo más desagradable.
- ¡Oh, dios mío! ¡Es Bill!
Estaba totalmente quemado. Debía haberse electrocutado cuando bajó a encender las luces. aunque viendo el transcurso de la noche, Richard y Bev estuvieron seguros de que no había sido un accidente.
Richard intentaba tranquilizar a Bev.
- No te preocupes. Son las nueve. En una hora vienen a buscarnos. Si hemos sobrevivido toda la noche, ¿que te hace pensar que no aguantaremos una hora más?
- ¡Eso!
Richard se sio la vuelta y vio una nebulosa que iba tomando forma de hombre. Empujó a Bev hacia una habitación y se dispuso a pelear.
La figura intentó asfixiarle, pero Richard fue más rápido y le esquivó. Bev se tapó los ojos. Estaba convencida de que Richard no podía ganar, y no quería verle morir.
Al cabo de un rato, algo le tocó el hombro, y Bev gritó.
- ¡Tranquila! Soy yo, Richard.
- Pero ¿cómo has conseguido escapar?
- No lo se. Estaba en el suelo y, de repente, la sombra se ha desvanecido.
En ese momento se oyó un "click". Bev se acercó a una ventana y la abrió. Se abrazó a Richard dando saltos de alegría.
- ¡Se ha abierto! ¡Por fin! ¡Podemos salir de aquí! ¡Vamos a salir de aquí!
Pero al mirar a Richard a los ojos vio que algo había cambiado.
- Richard, ¿que pasa?
- No pasa nada. Solo que ni yo soy Richard, ni tu vas a salir de aquí.
Bev emmitió un grito ahogado ientras un hacha se clavaba en su cabeza.
Richard, o al menos su cuerpo, subió las escaleras del sótano y se dirigió al estudio. Abrió un cajón del escritorio, sacó una pistola y se voló los sesos. Del cuerpo salió una sombra, la misma sombra que Bev y richard vieron en el sótano, y poco a poco se fue desvaneciendo en una inmensa y espeluznante carcajada.